Investigando los Desplazados Internos de México y El Salvador
Mexicanos y Salvadoreños siguen sufriendo ataques diarios contra los individuos, familias y comunidades a través de la extorsión, secuestros, violaciones y homicidios. Estos ataques son generalmente a manos de grupos y bandas criminales organizadas, pero a menudo, la policía y los militares están involucrados o específicamente orquestando eventos violentos. La inseguridad y la focalización de los ciudadanos de ambos países han causado desplazamiento interno masivo. Aunque el número verdadero de personas internamente desplazadas por el crimen organizado no es conocido, al menos 280,000 personas fueron desplazadas en cada país el año pasado.
En los días antes de las elecciones nacionales y locales el 7 de junio, México experimentó asesinatos dirigidos a candidatos políticos y docenas de sitios de votación fueron comprometidos. En mayo, se registró más asesinatos en un solo mes que cualquier otro mes desde el fin de la guerra civil en 1992. Los grupos organizados de delincuencia y las pandillas siguen haciendo estragos en el país de seis millones. Según estadísticas nacionales, más que 600 personas fueron asesinadas en Mayo—20 por dia—y más de 100 de ellos fueron asesinados por la policía. La cifra representa un aumento de 52% comparado con el mismo periodo del año pasado. Ahora, miles de soldados están patrullando las calles en algunas ciudades.
El Salvador es más o menos el tamaño del estado de Massachusetts y tiene una población densa. Aunque el país reclama una de las tasas de homicidios más altas del mundo, muchos de los homicidios están concentrados: algunos municipios de El Salvador tienen tasas más altas que 100, pero muchas partes del país son libres de homicidios. Para dar contexto, a nivel mundial, la tasa media es de 6.7 homicidios de cada 100.000 habitantes cada año. En Sudáfrica, que llega a novena lugar para tasa de homicidio más alta del mundo, la tasa fue de 31 de 100.000 en 2013. Las tasas más altas de homicidios en El Salvador parecen estar en los departamentos centrales y en las comunidades que bordean la costa del Pacifico donde se experimentan altos niveles de violencia. Cambiando de casas, o mudando a motel o a casa de seguridad, es el único mecanismo para evitar el reclutamiento de jóvenes a pandillas o de ser la victima de violencia. El desplazamiento forzado es un mecanismo de protegerse para muchas familias en El Salvador. Desafortunadamente, la participación de funcionarios públicos, policía y militares en muchos de estos eventos, ha causado que victimas y sobrevivientes desconfíen en el gobierno y entonces niegan utilizar maneras oficiales de justicia.
Se sabe muy poco sobre las poblaciones desplazadas en El Salvador–donde viven ahora, si están seguros en sus lugares de desplazamiento, y que retos se enfrentan. Muchos han sufrido eventos traumáticos como violación, secuestros, reclutamiento forzado o la muerte de miembros de la familia. Las pocas organizaciones nacionales e internacionales que monitorean el desplazamiento interno están de acuerdo de que la documentación de los desplazados en El Salvador y preocupaciones humanitarias tanto como de protección, se requiere urgente.
En junio 2014, Refugees International visitó a 5 localidades en México para documentar las situaciones de mexicanos desplazados internamente. Hemos publicado un informe y seguimos trabajando con organizaciones en México para fortalecer la reacción del estado a las necesidades humanitarias de las personas. Retornaremos a México a mediado de junio para reunir con familias un año después y así aprender de la lucha de familias desplazadas desde junio 2014, y continuar el discurso de la situación con actores del gobierno y de la sociedad civil de México. Pero primero, Refugees International estará en El Salvador hablando con personas desplazadas internamente por pandillas, y con los gobiernos locales y nacionales y actores de la sociedad civil.
Foto: Familias desplazadas por violencia en México en 2014.